Por una vez la guerra paró, por una vez la paz pasó a la tranquilidad entre el caos. Por una vez el sentimiento del hogar y las ganas de celebrar la Navidad estaba siendo realidad en el frente más peligroso de todos los tiempos: la Gran Guerra.
La tregua del 1.914 es un momento histórico, un pequeño acto para hacer historia. Un simple gesto de unión de humanidad sin importar lenguas, religión o opiniones. Solo paz entre caos. Estamos ante un momento que no se volverá a producir ¡Y no hay que olvidar! La guerra produce todo lo que no queremos presenciar, pero también crea momentos como la tregua durante la Primera Mundial.
Y pensar que hace 100 años se estaba librando una gran batalla por el planeta que desembocaría en otra mundial.
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El sueño durante la guerra, volver al hogar por Navidad.
Imagínate durante ese momento que haría cambiar el curso de la guerra para siempre, ser uno de ellos. Sentir el frío de la trinchera, tú ropa apenas abriga y de paso sientes hambre, cansancio y dejadez de luchar cada vez más. Con el sueño recuerdas el calor del hogar, la reunión familiar y la ilusión de estas fechas que cada vez se hacía menos creíble el volver.
La Primera Guerra Mundial se llevó a mucha juventud, jóvenes morirían en tierra de nadie por nada. La Navidad del 1.914 es un recuerdo inolvidable de esa época, yo como historiador novel por afición que me considero es un momento del cual me emociona, recuerdo y deseo que por una vez la guerra parara. Que por desgracia sigue causando, dolor, muerte, y terror.
Las condiciones de algunas trincheras dejaban que desear de combatir en ellas, ni construidas, bombardeadas. Llenas de barro por acumulación de lluvia o peor, ni defensas adecuadas que proporcionaba el ejército servían adecuadamente bien. Por algo el Barón Rojo siendo uno de los mejores pilotos de su época, dejó de lado a la infantería cuando vio lo aburrida que era la vida del infante durante la Primera Guerra Mundial.
Las condiciones de combate en el frente belga resultaba odiosas |
Por una vez la guerra se silenció, y por una vez aquellos soldados tuvieron ganas de volver a sentir. Las emociones y los sentimientos se adueñaron del frente. Y por una vez en la guerra había paz, una paz que transmitía calma y unión.
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Hicieron historia
Los soldados alemanes adornaron sus trincheras con árboles, mientras desde su posición se cantaban "Noche de Paz". Desde el bando británico, temían que era una estrategia de atención para posible ataque por flancos o retaguardia, pero se sorprendieron de que no salían de las trincheras. La noche avanzaba, gélida en el viento pero abrigados en el calor del recuerdo del hogar. Ambos ejércitos empezaron a cantarse entre sí, pese a que se coreara en diferentes en lenguas la Navidad no entendía de eso pero si de unión.
Y pensar que mucha gente de ahora por que no lee historia, se olvidará de este gran momento único. La guerra crea una paz extraña de entender, cuando las reglas están por encima antes que las propias vidas humanas. 36 metros fueron los necesarios para el pacto y el parón de una guerra.
El soldado británico Willie Loasby cruzaría una tierra de nadie cargado de miedo, sin armas pero con la suerte de su lado. Ambos ejércitos dejarían la guerra por unas horas, el resultado de la tregua daría anecdotas curiosas como en la propia de carta de Loasby que durante 8 páginas enviadas a su madre, redactaba lo siguiente:
"Lo que se me hace más raro, es que en cada bando, hay partes que se combate todavía."
Una noche para el recuerdo, risas, nuevas amistades inesperadas que por unas horas no se encontraban tan alejados del hogar. Habían creado esa tregua fotografías que hoy por hoy son de un valor incalculable.
En la Nochebuena del 24 de Diciembre del 1.914 no importaban los rangos, solo importaba cuantos alimentos podías compartir con tú nuevo compañero de trinchera. Cantar al hogar y el recuerdo en la bebida. Loasby le comentó a un oficial alemán que "Diez franceses no hacen a un inglés" pero el orgullo se dejó de un lado para que ambos reirán ante el humor perdido por la matanza sin sentido.
Los ejércitos en algunas trincheras enterraron a los caídos, los pocos cuerpos que no cubiertos de barro, se pudieron dar un último adiós. La guerra une en tiempos de necesidad, pero para ello hay que dejar las armas.
Recuerdos del Teniente Burke durante la Primera GM y su carta de la Tregua del 1914 |
105 años después seguimos hablando de este momento histórico, y se sigue descubriendo cartas de soldados. Recuerdos inéditos de una galería que no tiene un final, la Gran Guerra y la Navidad un ejemplo de que la humanidad quería parar los combates, pero los oficiales no lo permitieron tras Nochebuena.
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El momento que cambiaría la guerra para siempre
"Podía ver con mis propios ojos lo que pocas horas atrás había creído una locura. Alemanes e ingleses, hasta ese momento feroces enemigos, encajaban las manos, charlaban e intercambiaban objetos."
Soldado alemán Josef Wenzl.
25 de Diciembre del 1.914, un simple partido amistoso y unas fotos habrían creado una noticia que cambiaría el mundo moderno.
Es imposible no emocionarse con momentos así, la ficción los rescata y lo recrea en un respetado recuerdo para que los familiares de aquellos soldados pudieran ver como fue. Esos soldados con sus oficiales y la Tregua, es un apartado de la historia que merece no olvidar. Merece ser recordado y cada juventud que venga debe de saber que por unas horas no hubo guerra, si no paz.
Los británicos tenían un balón de la época, y en algunas trincheras se sabe el resultado: 3-2 para Alemania. La fotografía es un arte que merece ser reconocido, pero en tiempos bélicos pese a que deja un legado no deseable de ver, en este momento crucial nos da un recuerdo inolvidable.
La guerra crea momentos curiosos y la Tregua del 1.914 es uno de ellos.
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La Navidad une pero también desune, hay quienes la celebran en soledad. Otros prefieren compañía y algunos caprichos. Pero los soldados durante la Gran Guerra, su único deseo era volver al hogar. un hogar que ellos estaba destrozando a otras familias por las bombas.
Hoy es un día histórico y no se debe de olvidar, pese a que algunas horas después se volvería al infierno de nuevo...
Sus nombres se olvidarán, los nuestros también pero no sus actos.
105 años del silencio de la guerra, 105 años de la palabra Navidad.
El momento del partido de fútbol se celebraría el día 25 de Diciembre, un amistoso que sería el más famoso de este deporte. Aquí durante esa unión la guerra paró por una horas.
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