KAMIKAZE EL VUELO DEL HONOR

 Un viaje de ida, pocas veces de vuelta. 

Japón tiene muchas heridas pendientes a lo largo de su historia, durante los diferentes conflictos que inició y se vio envueltos en brumas de la eterna guerra, el honor del Bushido y sus creencias de los Samuráis estaban presentes en tiempos modernos. Las gestas del campo de la batalla por parte japonesa, se ha recordado en el cine pero dudo si lo hacen en la parte social de la propia isla. El pasado queda en una palabra vergüenza. Actos por parte de las tropas japonesas se reflejan en el eterno álbum de la Segunda Mundial, fotos que nunca se deberían de haber hecho público jamás. Horror en el frente y momentos agobiantes, hacen de Japón su lado más guerrero y salvaje. 

Los antiguos clanes del Emperador defendieron su isla, una muestra de lo que es capaz Japón en respecto a no retirarse de la línea del combate es en Iwo Jima. Ahí para muchos tuvieron un valor suicida, no podían retirarse y menos huir, era morir o morir. Tras el ataque del 7 de Diciembre del 1.941 al puerto de Pearl Harbor, Japón entra guerra contra USA. La supervivencia económica y militar dependen del tráfico de los suministros y materiales bélicos procedentes de las rutas marítimas. Si bloqueas el tráfico de barcos, puedes hundir la moral de muchas tropas y eso conlleva a rebeliones y traiciones. Japón tenía varias armas para la guerra en la mar. A pesar de que USA atacó duramente a la flota japonesa, los nipones seguían sorprendiendo a los Aliados. 

Se descubrió planos acerca de un Submarino con capacidad interna y exterior de poder desplegar tres aviones en menos de quince minutos sobre el campo de batalla marítimo o aéreo restringido. El 1-400 fue un proyecto secreto durante toda la Segunda Mundial, otras de las proezas bélicas en cuanto a armamento nipón, los japoneses hicieron de una fortaleza de acero una leyenda, el barco Yamato. 

La efectividad del hundimiento de las flotas enemigas no fueron ni los proyectiles más grandes jamás creados y menos los torpedos, pero ayudaron a la gesta de un grupo de pilotos, que cambiaron el concepto del honor que tenía el Barón Von Ritchofen sobre la lucha aérea para siempre.

Esta es la historia de uno de los últimos Kamikazes.

Recuerdos del piloto Hishashi Tezuka.

"Estaba listo para morir, mi mente estaba totalmente en blanco."

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Tres únicas opciones para la juventud de Japón durante la Segunda Mundial. La lealtad hacia el Emperador estaba en firmar o no, lógicamente la gran mayoría quiso servir.

La gran pregunta que se debe de hacer ¿Puede enviar un país a la juventud más inexperta al combate? Una respuesta rápida y clara sí. La nostalgia del veterano Tezuka a la hora de recordar el pasado, él tenía unos escasos 23 años, cuando sintió en sus manos la potencia de un Caza Zero. Era una época bastante difícil de aceptar el presente, y menos pensar en el futuro laboral. La salida de lo civil para unirse al ejército siempre fue una opción, Tezuka y miles de jóvenes se alistarían en las filas imperiales. Japón necesitaba tropas y el pueblo respondió, Tezuka decidió que su lugar fuera en la Fuerza Aérea Imperial, para su desgracia por el juramento al Emperador pero para suerte como hombre no pudo volar cuando Japón se rindió ante USA tras el lanzamiento de las bombas nucleares y de paso los continuos ataques hacia su isla. Se quedó con las ganas de pilotarlo tras el aviso de su Emperador.

Con 23 años Hisashi Tezuka sintió que había vivido cuatro veces más que otros Kamikazes. En la sala de alistamiento, los estudiantes japoneses estaban poniendo su vida al servicio del Emperador, con una simple carta marcada por tres casillas:

1.- Deseo apasionadamente unirme.

2.- Deseo unirme.

3.- No deseo unirme.

El joven Tezuka y otros tantos más tardaron horas en decidirse, mientras la sala se iba vaciando al final de todas maneras Hisashi Tezuka perteneciente a una gran familia de seis hermanos y entre ellos una hermana, estuvo meditando durante el día más importante de su vida, por pura suerte para él, si falleciera en el frente su herencia no sería para Hisashi. Tachó la segunda opción de la carta de alistamiento y decidió poner "Me  uniré" a pesar de que su deseo no fue convertirse en un Kamikaze.

Para el gobierno japonés Tezuka fue un candidato perfecto, se estima que más de 2.500 fallecieron a lo largo del conflicto, y muchos sin poder cumplir el objetivo de la misión. El entrenamiento de un Caza Zero exigía maniobrabilidad durante el entrenamiento, muchos de los jóvenes que se alistaron en los últimos meses de Japón, habían crecido con la leyenda de los Kamikazes creando un mito para la isla, como si fueran los últimos Samuráis de su época. El primero de ellos desobedeció órdenes y estrelló su avión contra el USS Franklin, el contraAlmirante Arima fue el primer arma de Japón contra la flota estadounidense y después les siguió muchos más creando a los Kamikazes, convirtiendo esa imagen de piloto arriesgado en un suicida produciendo el terror para los marineros de USA durante su combate en el Pacifico.  A pesar de que el gobierno japonés estuvo en contra de la acción de Arima hacia los americanos, ese gesto cambió para siempre las tácticas de Japón durante la Segunda. Una nueva oleada de alistamiento querían ser Kamikazes y Tezuka estuvo entre ellos.

Contemplando una maqueta de un Zero

Los Zero fueron de los más temidos en la aviación de seguidos de los Mustang y los primeros aviones a reacción de los nazis. La juventud nipona se había obsesionado con volar y ser un piloto de los Zero, muchos se alistaban con tal de sentir en las manos la potencia de ese avión. Unos jóvenes diferentes para unos tiempos complicados. Tezuka voló en el Mitsubishi A6M Zero, todo un símbolo para Japón durante la Segunda. El caballo de batalla de los modernos Samuráis. Llegando a abatir unos 40 barcos de la arma estadounidense. Pero no todos lo hacían, algunos Zero se fabricaban pensando en el piloto, sin opción de salir, los cristales no podían salir disparados y la silla estaría fijada a los mandos de tal forma que el piloto estaba vendido a la muerte si o si. De alguna que otra manera cumpliría con su juramento, al finalizar la Segunda, Japón tras su rendición tenían listos unos 10.000 Zero para ser desplegados y hasta se planeó una misión muy arriesgada de bombardeo en las costas de USA, aquí entraría en juego el submarino I-400 del cual desplegaría aereamente a los aviones tras el ataque hacia la flota imperial japonesa. El deber de Japón en el frente conllevaba sacrificios y si era la juventud actual durante la Segunda de crear esa herida a USA que así sea.

La última bebida que recuerde al hogar antes de partir

Tezuka y sus entrevistas en inglés nos podemos hacernos una idea más cercana alejada de la versión yankee del Kamikaze, ellos tenían sus códigos del honor y una manera diferente de hacer la guerra. Todavía me sigo sorprendiendo del como una isla fue capaz de atacar a dos naciones, China y USA supieron el arte de la guerra japones en todo su esplendor. Los Kamikazes la mitad de los pilotos, por desgracia para ellos fallecían durante el entrenamiento, y muchos en plena misión errando su objetivo. Kamikaze significa "Viento Divino" y muchos de los que formaron parte de aquellos escuadrones se alistaban voluntariamente, otro por ciento por patriotismo y un restante forzadamente. Japón estaba desesperada cuando empezaron los vuelos de los nuevos Samuráis. 

Grupos de Pilotos con un Zero detrás

Cinco días para estar con la familia a modo de despedida, antes de su duro y largo entrenamiento de aprendizaje de un Zero. Japón como el resto de países dedican un museo o varios mínimo para el recuerdo del conflicto, yo siento que cuando un japonés ve el pasado le resultará curioso y puede ser que hasta le hubiera gustado ser uno de ellos o tal vez no. En el frente los horrores de los ejércitos a nivel mundial es un álbum que no es agradable de ver. Japón y los Kamikazes es el ejemplo de no cometer un error. Tezuka aseguraba en una de sus entrevistas que en los tiempos actuales no se debe de seguir ese camino, y sinceramente la juventud de hoy está demasiada occidentalizada y no les veo yo haciendo este tipo de sacrificio más allá de una recreación en algún juego. Eran otros tiempos y nada que ver con los de hoy, el pasado deja más de un billón de fotos para recordar, apreciar y aceptar hechos en cuanto a valor histórico. Japón necesitaba tropas, ataques continuos hacia la isla mermaron el valor del alistamiento, los voluntarios fueron hacia la fuerza aérea imperial. Entrenamiento básico, aviones obsoletos pero con potencia en las bombas, hicieron de sus tácticas a una leyenda, tanto el avión como el piloto. 

Tezuka fue un superviviente de los Kamikazes y podemos conocer más a fondo su verdadero legado histórico, más allá de las adaptaciones, versiones y falsedad exagerada en cuanto al lore que crearon aquellas acciones arriesgadas en pleno combate. De todas maneras, los Kamikazes han creado toda una mitología en referencia a un grupo aéreo que pocos pueden competir en cuanto a fama mundial durante la Segunda. Los Kamikazes podrían haber combatido perfectamente contra Rudel o los Red Tails, habría sido un duelo interesante.

Las ceremonias antes del despegue, tiene un símbolo de imagen de nostalgia, despidiendo a un amigo o hermano que se va a la guerra. En otras fuerzas aéreas mundiales durante la Segunda, no he visto ese tipo de imágenes. 

Despedida de los oficiales a los pilotos y en otras familiares con ramas de Japón cuando los Zeros despegan de las pistas, Japón y su sentimiento militar es curioso en cuanto a legado fotográfico. 

A la hora de redactar esta entrada lo suyo no es hacerlo muy extensa. Tampoco es cuestión de aburrirte con detalles y nombres, me dormiría yo escribiendo esto si lo hago profesionalmente. Japón y su lado bélico me fascina, me parece muy interesante y en cuanto al legado Kamikaze para la isla fueron héroes del Emperador, acciones arriesgadas para tiempos duros. El cine y los videojuegos han retratado mal a la figura de esta aviación, pero hay casos excepcionales donde el sentimiento del hogar puede con la figura del soldado en general. El corto de "World of Warships" lo refleja en la parte japonesa. 

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Tezuka no pudo hacer ese vuelo de ida, no pudo cumplir su juramento. A pesar de que estaba listo y deseoso de dar su vida por el Emperador, el mismo que juró defenderla de sus enemigos y del cual se rindió días después tras el lanzamiento de las bombas nucleares de Nagasaki/Hiroshima y finalizó la Segunda Mundial para todo el mundo. Vencidos y victoriosos a partes iguales, había un joven nipón en el tren que no pudo volar y envejecería recordando con nostalgia el pasado.