La humanidad estaba sobreviviendo tras la Segunda Guerra Mundial, y muchos volverían del frente. Algunos puede que para retomar ese amor pendiente y otros para iniciar algo nuevo. El amor de época nada que ver con hoy en día, un amor de antes era para siempre. Cantando bajo la Lluvia de Gene Kelly y Debbie Reynolds crean esa atmósfera especial para los románticos como yo que tenemos momentos cursis.
70 años han pasado y parece que el tiempo no pasa por este músical, cada época tiene su musical: yo prefiero algún día bailar como Gene Kelly
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Cantos de amor a la lluvia
Cuando amas no existe vergüenza.
Gene Kelly con su canción tan mítica, nos deja claro una cosa: ante el amor real no importa nada, ni el que te dirán, ni el temporal de turno. El baile surge de forma natural, la felicidad personal se nota demasiado y porque no decirlo: feliz por sentirse amado y correspondido.
La escena estrella del film de Gene Kelly, fue bastante difícil de rodar por varios motivos uno de los cuales es ¿Cómo crear lluvia pero sin ser lluvia? Y el otro el propio Gente Kelly debido a su estado de salud.
Con fiebre y sin apenas energía para el claqué, el claqué lo tuvieron que grabar por encima y la lluvia fue creada mediante salina y leche: magia de Hollywood.
La escena en su totalidad se grabó de una sola toma y costó la mitad del film: unos 600.000 dólares de la época.
¡Todo esfuerzo conlleva un éxito!
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Cantando bajo la lluvia tiene anécdotas de rodaje y aunque en el film se les ve agusto la realidad era más bien distinta:
1.- Gene Kelly el hombre perfecto, demasiado pero exigente con el baile.
2.- La eterna sonrisa de Debbie era en realidad cansancio de trayectoria y horas de baile.
3.- Kelly les llevó al límite a todos por igual.
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